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¿Qué se necesita para ser “estadounidense”?

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Isaac James, Staff Writer for The Powderhorn

Translation by: Alex Gonzalez Silva

La inmigración continúa siendo una fuente constante de controversia, debate y confusión en los Estados Unidos. La actual administración presidencial ha centrado su plataforma en la inmigración y en los individuos indocumentados. Muchas de estas acciones y políticas generan un velo de incertidumbre sobre el estatus legal de personas en todos los Estados Unidos. Según datos del Censo de EE.UU., aproximadamente 5,000 individuos nacieron fuera del país. Dado que los inmigrantes constituyen una parte de la población y la cultura del condado de Watauga, surge la pregunta: “¿Cómo afectarán las nuevas políticas migratorias a nuestras comunidades?”


En el condado de Watauga, donde los inmigrantes representan una parte significativa de la comunidad y su cultura, la pregunta resulta inevitable: ¿cómo afectarán las nuevas políticas migratorias a nuestras comunidades?


“La economía y los negocios están sufriendo, hasta el nivel de individuos y familias. Vamos a ver eso reflejado en todas partes, todo va a cambiar”, advirtió Jennifer West, abogada de inmigración. “Mucha gente tiene miedo de ir a trabajar.”


El temor no se limita únicamente a inmigrantes indocumentados. Ciudadanos legales que han vivido durante décadas en el país y veteranos militares también se encuentran preocupados por su estatus migratorio.


“Hasta he tenido ciudadanos naturalizados que están asustados. Recibí un correo de un veterano del ejército hace un par de semanas”, relató West. “Lleva años en Estados Unidos: obtuvo su residencia, su ciudadanía y se unió al ejército porque sentía un fuerte compromiso con defender a su país adoptivo. Me dijo: ‘Soy jamaicano de nacimiento, pero estadounidense por elección, y nunca antes había tenido tanto miedo.’”


Las preocupaciones aumentan mientras nuevas disposiciones complican el acceso a la ciudadanía y ponen en riesgo precedentes legales y constitucionales de larga data.


“Se están realizando cambios en la forma en que las personas pueden solicitar visas estadounidenses en el extranjero, ya sean permanentes o temporales. Además, se están restringiendo los lugares donde se procesan las entrevistas, lo que podría agravar retrasos en regiones con gran demanda”, explicó West. “Incluso se ha hablado de eliminar la ciudadanía por nacimiento, lo cual va en contra de todo lo que entendíamos sobre la Enmienda 14.”


A esto se suma la dificultad de mantenerse informado en un panorama mediático polarizado. Con la cobertura noticiosa cada vez más dividida por posturas políticas, acceder a información objetiva sobre inmigración resulta un desafío.


“Idealmente uno quisiera una visión más centrista, pero parece que gran parte de las noticias son muy polarizantes en estos días”, comentó West. “El American Immigration Council, por ejemplo, publica actualizaciones con un enfoque más neutral.”


La inmigración es un tema complejo y en constante evolución. El debate está lejos de concluir y se anticipa que continuará siendo un asunto central en la agenda política y social del país durante los próximos años.


“Son las familias, más que nada, las que están siendo separadas”, enfatizó West. “Definitivamente está causando mucho miedo.”

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